Como en cualquier producto que se precie, el origen del mismo incide directamente en su calidad. Por ejemplo, no tiene la misma calidad una hortaliza plantada en un determinado lugar del mundo que en otro. La calidad del suelo, las condiciones climatológicas y la forma de trabajarla, puede producir hortalizas de más y menos calidad, tanto en su sabor, como en su conservación y en su aspecto.
En la madera para parquets ocurre lo mismo. Prácticamente, todo el Planeta está lleno de árboles que bien podrían ser utilizados para producir parquets y parquets laminados. Al final la técnica es la misma y gracias a los avances químicos y tecnológicos, la madera de casi cualquier parte del globo puede ser usada para revestir suelos, techos, paredes e, incluso, para fabricar muebles de madera.
Sin embargo, existe un lugar del Planeta donde según diferentes estudios, existe la mejor madera para producir el parquet y que finalmente venden un buen número de tiendas y especialistas como nosotros. Eso sí, no hay que olvidar que otras maderas producidas en Europa o al otro lado del océano Atlántico son de gran calidad. La mejor madera para parquets procede de la región euroasiática, es decir, de la parte más al noreste de Rusia y Asia.
Y es que aunque en América Latina existe una extensa calidad de bosques y también una madera asequible para su trabajo, es en la región euroasiática donde la madera es, al fin y al cabo, la más resistente del Planeta. Soporta temperaturas extremas, grandes cambios climatológicos y su suelo es uno de los menos castigados por la acción del hombre. Hablamos de maderas para parquets como arce, bubinga, bambú, doussie, jatoba, tauri, roble, palisandro o ébano.