A pesar de que el barniz siempre ha sido el producto más utilizado a la hora de dar terminación a los suelos de parquet, el aceite viene cobrando cada vez más importancia por la estética mucho más natural que otorgan a la madera.
Mientras que el barniz forma una película impermeable encima de la madera, el aceite penetra en ella, dotándola de la apariencia natural característica de este tipo de acabado. Hasta hace poco, uno de los problemas que se derivaban del uso de aceite era que, al no formar una capa impermeabilizadora como el barniz, estos suelos se podían manchar si nos caían productos como acites o vinos y no los limpiábamos con una cierta celeridad.
Este problema, queda hoy en día solventado con los aceites denominados hardwax oil. Estos aceites están formados por una parte líquida y una parte sólida (cera). La parte sólida se une a las fibras de la madera taponando los poros, de forma, que la madera, es mucho menos absorbente, pudiéndose limpiar manchas de vino, aceite, etc… incluso habiéndolas dejado hasta 24 horas.
Por otro lado, cuando damos un acabado al aceite a un parquet, a medida que se le va dando uso al suelo y se va fregando, va perdiendo poco a poco el aceite, con lo que se hace necesario aplicar aceite de mantenimiento entre una y dos veces al año. Esto echa para atrás a mucha gente, pero detrás de ese pequeño inconveniente, deriva una de sus grandes ventajas:
Mientras que a un suelo barnizado, una vez rayado, habrá que esperar hasta acuchillarlo de nuevo para poder quitar las rayas, en el caso de los suelos aceitados, cada vez que vayamos a dar aceite de mantenimiento, podemos lijar un poco las rayas y eliminarlas.
Por lo tanto, los suelos aceitados son ideales para suelos de madera si tenemos mascotas, niños pequeños, o para restaurantes, o zonas comerciales en las que haya bastante tránsito.
Además el aceite para suelos es un material libre de VOC (sustancias orgánicas volátiles), siendo más respetuosos con el medio ambiente y la salud.